miércoles, 13 de enero de 2016

"De los labios del difunto monseñor Herminio Macacek, venerado sacerdote veneciano, que fue Vicario General del patriarca monseñor Carlo Agostini, de tan querida y piadosa memoria, y Vicario Capitular a la muerte del mismo, recogí, y me gozo en transmitirlo, el testimonio de la primera impresión del nuevo Patriarca, cuando aquel buen eclesiástico lo encontró por primera vez en París. he aquí sus pinceladas agudas y acertadísimas:
""El nuevo Patriarca muestra los signos característicos de las robustas familias bergamascas: el rostro abierto, la sonrisa alentadora, la palabra cordial y espontánea, los gestos como instintivos, la voz de tonos fuertes y melodiosos, el ojo atento. amable y límpido. Concede al visitante una confianza gentil, señorial y contenida: su conversación es fácil, sobre temas variados, siempre elevada, perfumada de optimismo
""Daría gusto poder decir: ¡Qué buenos sois! En efecto, lo es con todos: presentes y ausentes.
""Sus juicios sobre los hombres no son nunca definitivos; sobre los defectos y los errores de éste o aquél, quiere parecer más bien reservado que ignorante. No le falta la salida festiva, chispeante, pero inocente y gozosa: reflejo de una vida interior sólida y bien alimentada""
Fuente: Capovilla, Loris, El Papa Juan visto por secretario. Barcelona, Ediciones Tibidabo, 1964, pp 93-94

Extracto de la conferencia pronunciada por Loris Capovilla el 7 de noviembre de 1959, en la Basílica de San Antonio de Padua.

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