domingo, 20 de diciembre de 2015




 Cripta "Oboedientia et Pax" restaurada con motivo del 50 aniversario de la muerte de Papa Juan XXIII, donde se encuentra la urna de vidrio en la cual se colocó el cuerpo del Papa durante su exhumación para la beatificación el año 2000. Dentro de ésta se encuentra la estola usada por el pontífice y una reproducción en bronce fundido del rostro y la mano derecha del Papa realizada en moldes de yeso por el escultor italiano Giacomo Manzú horas después de la muerte de Juan XXIII en 1963. 

Mons. Roncalli en Dedeagac (Adrianópolis) en 1938.
A su derecha p. Francesco Atzeni de la Comuniodad de S. Antonio de Estambuel;
a su izquiera mons. Guillois canciller del Vicariato y p. Stanislao Casini. 

Fuente de la imagen:
Roncalli, A.G. Lettere e Scritti conservati negli archivi dei Conventi di S. Antonio dei Frati Minori Conventuali di Istambul e Padova, a Cura di Masssimo M. Chilim. Padova, Centro Studi Antoniani, 2000.  

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Angelo Giuseppe Roncalli, "el papa turco"


Nota: audio en italiano.

El joven severo y el anciano sonriente.

Roncalli el día de su ordenación
sacerdotal (10 de agosto de 1904)
"Hace cincuenta años, en mi introducción al Diario del Alma- el diario que Juan XXIII compiló desde 1895 hasta su muerte- yo afirmaba que hojear aquellas páginas era un privilegio. En efecto, al leerlas, uno se convierte en espectador de las reflexiones de un joven que, mientras se preparaba para recibir el hábito talar y la tonsura, transcribe en una libreta barata las solemnes palabras del Concilio de Trento dedicado a los seminaristas ""Los [...] llamados a ser parte de la suerte del Señor, ordenen de tal modo toda su vida y costumbres, que nada presenten en sus vestidos, porte, pasos, conversación y todo lo demás, que no manifieste a primera vista gravedad, modestia y religión"". El joven Roncalli hará de ese precepto una norma para toda su vida.

Antes que maestro y pastor, Juan XXIII fue un sencillo sacerdote, condiscípulo y contemporáneo de muchos otros, que vivieron un día tras otro dentro de los seguros esquemas de la doctrina. Si recorremos las imágenes de su vida, desde la primera foto donde aparece como un clérigo de veinte años, hasta la última, donde, como pontífice, se despide desde la ventana del  Ángelus, veremos una y otra vez al eclesiástico que no deja de traslucir otra cosa que no sea "gravedad, modestia y religión", llevando la palabra de Dios a los fieles, e incluso a los indiferentes.

Última aparición pública para el
 Ángelus del 23 de mayo de 1963
Repasando con calma las páginas del Diario del Alma, el lector advierte desde las primeras
anotaciones juveniles la fibra del que acabará siendo el papa Juan: el sacerdote humilde y paciente, que se considera una persona irrelevante, ni indispensable no valioso, que custodia la fe sencilla de sus paisanos y la fe madura del hombre contemplativo, que ama a sus semejantes sin ideas preconcebidas, que honra la amistad pero que no se deja condicionar por ella, y que perdona, perdona siempre, lo perdona todo.

Siempre me acuerdo de un pasaje crucial que pronunció el 4 de noviembre de 1958 día de su coronación.
El nuevo papa, que ha llegado hasta aquí después de notables experiencias, bien podría comprarse al hijo de Jacob, que al encontrarse con sus hermanos postrados por gravísimos infortunios, le muestra la ternura de su corazón, y rompiendo a llorar, dice: "Soy yo, vuestro hermano José".
Noche del 11 de octubre de 1962,
procesión de antorchas al término de la apertura de Concilio.
Esta imagen le era familiar y tan querida que volvió ante sus ojos la tarde del 11 de octubre de 1962, en la inauguración del Concilio Vaticano II, ante el espectáculo de la marea de antorchas que enarbolaba una multitud que había acudido desde todos los rincones del mundo para aclamarle. En efecto, el que pasaría a la historia como el Discurso de la Luna contenía una pequeña pero significativa alusión a las palabras que el patriarca José pronunció entre lágrimas: "Mi persona no cuenta para nada: el que os habla es un hermano vuestro, un hermano que ha llegado a ser padre por deseo de Nuestro Señor".

Era una visión clara, no idílica, que tenía del mundo. No ignoraba que los hombres son errabundos, que están desorientados, que son pobres y están hambrientos, que desconfían unos de otros, que les atormentan los remordimientos por las maldades que han cometido. Y no solo los laicos. A veces, aunque en una medida distinta, también los sacerdotes.

Él sabía que los hombres necesitan un código y unas estructuras, como las que promulgó el Concilio, pero antes que nada precisan perdón y consuelo, verdad y justicia, misericordia y libertad.

Juan XXIII fue un hombre sólido, religioso en el sentido más completo y elevado, al que no le gustaban las singularidades, ni las efusiones sentimentales. Fue un cristiano sincero, no por costumbre, ni tampoco simplemente por tradición. Por ello logró hablarle al corazón a los pobres en la carne o en el espíritu, por ello jamás se dejó intimidar por los poderosos.

El elogio que el Sirácida hace de Samuel (Sir 46, 15-20) parece pensado para Juan XXIII, y da la impresión de que haya que partir precisamente de esas palabras para comprender mejor la naturaleza y la misión de aquel hombre: 
Reconocieron que era profeta y que no se equivocaba; cuando se cumplieron sus palabras, reconocieron que sus visiones eran verdaderas. Cuando el enemigo lo presionaba por todas partes, invocó al Señor poderoso [...]. Cuando llegó la hora de su sueño eterno, dio testimonio delante del Señor y de su Ungido: "¡Nada he tomado a nadie, ni dinero, ni siquiera un par de sandalias!", y nadie lo acusó. Incluso profetizó hasta después de su muerte. Levantó su voz desde el seno de la tierra".

Así pues, el apelativo de "papa bueno", pese a ser verdadero, acaba siendo restrictivo, y con él corremos el riesgo de formarnos opiniones apresuradas y simplificadoras. Porque en Juan XXIII coexistía en total armonía una gran variedad de matices* El joven clérigo que apunta en su diario las severas disposiciones conciliares en materia de vestimenta y de conducta, el capellán que atiende y consuela a los heridos de la Gran Guerra, el sacerdote que afronta con entusiasmo la aspereza de la posguerra, el obispo cosmopolita que gestiona con competencia las tensas relaciones diplomáticas de una Europa profundamente turbada por la II Guerra Mundial, el pontífice sonriente y al mismo tiempo profundamente consciente de los males del mundo.

Así pues, ¿quién era Angelo Giuseppe Roncalli?"

Fuente: Capovilla, Loris. Mis años con el Papa Juan XXIII, Madrid, La Esfera de los Libros, S.L., 2014, pp. 27-31 - Prólogo del libro citado. 

* El destacado es nuestro. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

Juan XXIII: Las 7 claves de la biografía del "Papa bueno"


Roncalli en 1920


Fuente de la imagen:
Roncalli, Marco. Papa Giovanni Il Santo. Milano, Edizioni San Paolo, 2014. 

"Repetimos con frecuencia las palabras que el Papa dijo el 4 de noviembre de 1958 a los peregrinos bergamascos y venecianos, hermanados en la fiesta jubilosa y conmovedora:
""...Henos ahora en nuevo puesto. Henos aquí, llevados en alto por nuestros hijos. Han pasado setenta años desde que, en la fiesta de la Acción Católica en Ponte San Pietro, nos elevó sobre sus espaldas nuestro padre. Pero se puede decir que, con la ayuda de Dios, han sido setenta años de voluntad generosa, de gracias celestiales, de servicio de Dios, de vida caballerosa. El secreto de todo está en dejarse llevar por el Señor"".*
* Cfr. Scritti e Discorsi di S. S. Giovanni XXIII nel 1958. Sienna, Cantagalli, 1959, pàg. 31 

Fuente: Capovilla, Loris. El Papa Juan visto por su secretario. Barcelona, Ediciones Tibidabo, 1964, pág. 64


Extracto de la conferencia pronunciada por Loris Capovilla el 20 de octubre de 1959, en la Cámara de Comercio de Bérgamo, con ocasión del inminente aniversario de la elección de S. S. Juan XXIII.

sábado, 12 de diciembre de 2015

11-13 de septiembre de 1918, Roncalli con los compañeros de la unidad sanitaria durante la Primera Guerra Mundial.

Fuente de la imagen:
Roncalli, Marco, Papa Giovanni Il Santo. Milano, Edizioni San Paolo, 2014. 
El sargento Roncalli durante la Primera Guerra Mundial

Fuente de la imagen:
Roncalli, Marco, Papa Giovanni Il Santo. Milano, Edizioni San Paolo, 2014. 

Angelo Roncalli al centro con los estudiantes del seminario romano en 1904.

Fuente de la imagen:
Roncalli, Marco, Papa Giovanni Il Santo. Milano, Edizioni San Paolo, 2014. 


Momentos principales de la vida de Juan XXIII


Nota: audio en italiano.

El Magisterio del Papa


"Muchas veces, durante su permanencia en Venecia, el cardenal Roncalli repitió lo que dijo en una audiencia al Papa Pío XII: 
""Padre Santo, dejaríais una difícil herencia a vuestro sucesor, si pretendiera seguiros en vuestra difícil tarea de maestro de la palabra"".
En un artículo suyo a propósito de la oratoria y de los escritos del Papa Pacelli, se lee:
""Motivo de gran consuelo, como una gracia singular reservada a nuestro tiempo, es el espectáculo de nuestro bien amado Papa Pío XII que, en el extravío general de los espíritus, ante la quiebra más o menos clamorosa de tantos sistemas filosóficos, económicos, políticos, ideados en balde para la restauración del orden social y de la paz, se mantiene desde hace más de un decenio recto y sereno, al lado de este admirable río de agua viva, que es la doctrina indefectible de Cristo, flavium acquae vivae, tal como el vidente de patmos lo vislumbró en su tiempo, espléndido como el cristal, y brotando del trono de Dios y del Cordero.*
A ambas orillas del río sagrado se alzan árboles bellísimos, que producen frutos sabrosos y hojas medicinales. Con una elocuencia prodigiosa, raras veces alcanzada hasta ahora por ningún Papa antecesor suyo, y difícilmente alcanzable por quien venega después de él, nuestro supremo Pastor ofrece incesantemente estos tesoros celestes de doctrina y de gracia, no cada mes, sino cada día, en varias lenguas y con acentos de la más alta y feliz inspiración, para la curación espiritual del mundo entero: ad santitamem gentium"".**
Ahora él es el sucesor. Otro método de trabajo, una oratoria distinta. Pero igual de solicitud y la misma intensidad y oportunidad en su magisterio".


*Apocalipsis, XXII, 1.
**Ibid, XXII, 2. Cfr. La presenza del Papa nel mondo, París, 1948. página 2.

Fuente: Capovilla, Loris, El Papa Juan visto por secretario. Barcelona, Ediciones Tibidabo, 1964, pp 49-50

Extracto de la conferencia pronunciada por Loris Capovilla el 5 de octubre de 1959, en la Sala de las Columnas de Ca'Giustinian en Venecia, en el primer aniversario de la elección del Papa Juan XXIII.

Juan XXIII, mini documental.

Breve documental realizado por el CEUMEDIA de la Fundación Universitaria San Pablo CEU (Madrid) que hace un recorrido por los hitos más importantes de la vida de Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, de la mano del más fiel cronista de la figura del Papa Juan, su secretario Don Loris Capovilla.

martes, 8 de diciembre de 2015

Ha vuelto Pío X


"Lo contó él mismo, en el sermón de entrada en Venecia. "Oh, el Beato Pío X... Tuve la alegría y la fortuna de verlo el día de mi Primera Misa, celebrada en la Basílica de San Pedro, el 11 de agosto de 1904. Cuando el Padre Santo apareció, el que me acompañaba dijo: "Santidad éste es un novel sacerdote de Bérgamo que ha dicho esta mañana su primera misa".


"El Papa se inclinó hacia mí. Yo le dije unas palabras que recuerdo muy bien, pero que están destinadas a quedar entre las intimidades más queridas de mis promesas sacerdotales. Píos X puso sus dos manos sobre mi cabeza y me dijo: Muy bien, os bendigo, y os animo a hacer honor a estos propósitos y deseo que vuestro sacerdocio sea de consuelo para la Iglesia de Dios".

De hecho el consuelo no se hizo esperar, y se contagió a muchas almas, y tomó dimensiones universales, por efecto de aquella sabiduría del corazón, cuyas delicias gusta hoy toda la tierra.*

Aquel 11 de agosto de 1904 Pío X, después de haber dado algunos pasos hacia otros peregrinos, volvió atrás y pregunto a don Angelo Roncalli:
-¿Y cuándo contaréis la Primera Misa en vuestro pueblo?
-El día de la Asunción, Padre Santo. 
Entonces los ojos del Pontífice se abrieron a la visión de aquellos nuestros pueblecitos vénetos y lombardos, que se llenan de júbilo por la Primera Misa de uno de sus hijos.
-Para la Asunción -siguió Pío X con su sonrisa angelical-. Para la Asunción. Y qué fiesta le harán... Y aquellas campanas bergamascas, cómo repicarán de alegría...
Y una nota de nostalgia cruzó por los ojos del venerable Pontífice. **

Las campanas idfundìan por todo el mundo el gaudium magnum: para nosotros, los de Venecia, el gaudium maximum. En una fiesta de los Apóstoles, el que había iniciado su sacerdocio junto a la tumba de San Pedro pidiendo al Señor, como se lee en la estampa-recuerdo repartida en 1954 para las Bodas de Oro Sacerdotales: "Para sí, fervor apostólico; para los suyos, los dones celestes; para la Iglesia Santa, libertad, unidad y paz"; el que en Venecia fue el quinto sucesor del Cardenal Sarto; el que celebró el cincuentenario de la elección de Pío X con una memorable Carta Colectiva del Episcopado Trivéneto, y tuvo la alegría de colocar su nombre glorioso en el frontispicio de la nueva basílica de Lourdes; precisamente él era proclamado y aclamado como su cuarto sucesor sobre la Cátedra Romana y recordaba a todos sus mismos ademanes y semblante, hasta hacer exclamar en tono de confiado júbilo: Ha vuelto Pío X".

*En alusión a la elección de Juan XXIII
** Cfr. Scritti e Discordi, I, 263

Fuente:  Capovilla, Loris, El Papa Juan visto por secretario. Barcelona, Ediciones Tibidabo, 1964, pp 28-29

Extracto de la conferencia pronunciada por Loris Capovilla el 17 de enero de 1959 en la Sala del Noviciado de la Fundación Giorgio Cini de Venecia.


Juan XXIII bendice la urna con el cuerpo de San Pío X que parte en viaje a Venecia en mayo de 1959.

Acepto


" Quien se imagina el acento espontáneo de aquella primera alocución pontificia, que con la palabra Acepto destaca inmediatamente al elegido de los electores y le da una investidura divina; o quien ha visto después algún apunte de ella hecho a vuela pluma en una humilde hoja de papel, ya confiado a la historia, ve y ama en aquellas palabras el corazón que dictó, la mano que las escribió, la voz melodiosa, un poco temblorosa pero decidida que las pronunció.
Eran, más o menos, las 16'40 del 28 de octubre: fiesta de los Apóstoles Simón y Judas Tadeo.
""Escuchando tu voz, tremens factus sum ego, et timeo; he comenzado a temblar y ahora tengo miedo*; lo que yo sé de mi pobreza y poquedad, basta para mi confusión. He aquí la Humildad. Pero viendo en los votos de mis hermanos los cardenales de nuestra Santa Madre la Iglesia Romana la señal de la voluntad de Dios, acepto la elección por ellos: e inclino la cabeza y la espalda al cáliz de la amargura y al yugo de la cruz. He aquí la Obediencia. En la solemnidad de Cristo Rey todos hemos cantado: -El Señor es nuestro Juez, es nuestro Legislador; el Señor es nuestro Rey; Él nos salvará**. He aquí la Paz."" 
Después de  estas palabras floreció la alegría en el rostro de los cardenales. Y poco después, en el rostro del Elegido"

* Liturgia de las Exequias 
** Liturgia del Viernes Santo. 

Fuente: Capovilla, Loris, El Papa Juan visto por secretario. Barcelona, Ediciones Tibidabo, 1964, pp 36-37

Extracto de la conferencia pronunciada por Loris Capovilla el 5 de octubre de 1959, en la Sala de las Columnas de Ca'Giustinian en Venecia, en el primer aniversario de la elección del Papa Juan XXIII.

domingo, 6 de diciembre de 2015

En el principio era...

 Dentro de la multiplicidad de figuras que pululan en la Historia de la Iglesia, la de Juan XXIII, hombre y líder religioso, ha sido de particular interés para mí hace una buena cantidad de años.

 Su figura llamativa, tanto del punto de vista histórico como del religioso, me ha motivado a ir estudiando, humildemente, la figura del pontífice, y dentro de lo que permite el bolsillo, ir adquiriendo los escritos esenciales y publicaciones afines.

 Nunca había pensado dedicar un sitio exclusivo para compartir temas y material entorno a la figura del Papa Bueno, ya que siempre el estudio de su persona ha sido un hobbie histórico de carácter personal.  Pues bueno, las ideas cambian, y me he aventurado a "hacer algo", que en primera instancia sería un grupo en Facebook (pero ya hay varios, y muy buenos); luego un perfil en instagram (idea que aún me tienta); hasta que decanté por lo más "clásico" que es una cuenta de blog, ya que es una espacio más amplio para compartir todo tipo de archivos. 

 Bueno, luego de este intento de introducción, espero poder ir compartiendo con Uds. queridos lectores, reales o imaginarios, textos del Papa, fotografías históricas, vídeos, noticias, libros, publicaciones, y todo aquello que pueda servir para conocer históricamente la vida y obra de este buen hombre. 

 Lo primero que compartiré con Uds. será el " Oratorio San Giovanni XXXIII", para conocer la figura del pontífice no sólo de la manera biográfica clásica, sino que a través de la música.